Esos locos del Athletic.

El último domingo de abril del año 2010 me levanté a las 7 de la mañana, me puse los pantalones de correr, las zapatillas, los calcetines y una camiseta de la Real, que era una réplica de la de López Ufarte de principios de los 80.
Salí de la Plaza de España en Madrid, cogí un taxi en la Gran Vía y me fui a la salida del MAPOMA (Marathon Popular de Madrid).
A las 9 tomamos la salida unos 15000 corredores, pero ninguno tenía una camiseta como la mía. La Real estaba a punto de volver a primera y los ánimos de la gente se hicieron notar enseguida.
A partir del kilómetro 15 vi delante de mi a un tipo que corría con la camiseta del Athletic. Le alcancé y le adelanté, nos saludamos e intercambiamos una sonrisa cómplice. A partir de ahí, nos encontramos varias veces, unas veces me adelantaba él y otras yo, pero siempre nos sonreíamos. En el km 25 tuve una pájara, me encontré de lleno con el temido muro y fui incapaz de sobrepasarlo. Me retiré en el km. 33, llorando de impotencia. Mientras tanto, «el de la camiseta del Athletic» lo terminaba con mucho sufrimiento.
Unos días después, grabé junto a David de Jorge un programa de Robinfood, llevé mi camiseta de la Real y hablamos algo del Marathon. Casualidades de la vida, Ritxard, que así se hace llamar «el de la camiseta de Athletic» lo vio (ve todos los programas vía internet).
Mandó un comentario al blog de Robinfood diciendo algo así:
– «Aúpa Loren, supongo que no te acordarás de mi, pero soy «el de la camiseta del Athletic» del MAPOMA.»
Lo leí y le contesté algo parecido a esto:
– «No sólo me acuerdo, es que además en unas fotos que me hicieron cerca de la Plaza de Oriente, se te ve a tí por detrás, ponte en contacto conmigo y te las mando.»

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Así empezamos una amistad que va para largo. Gracias a las redes sociales estuvimos en contacto un tiempo y un buen día Ritxard se presentó en Basollua y comimos juntos. Desde entonces creo que han sido 4 las visitas que ha hecho, la primera sólo, otra con su novia y dos más con su padre, el verdadero culpable de que Ritxard sea un loco de Alicante que corre con la camiseta del Athletic. En su última visita, se presentaron con un Panettone del mismísimo Torreblanca.
Ricardo, el padre, es un Ibense, por eso son socios de la peña La Tartana, que se hizo hincha del Athletic en los tiempos de Iribar. Su pasión es tal, que siempre que pueden se vienen a Bilbao a ver algún partido, además de los desplazamientos que hacen por la zona, Valencia, Levante, Hércules (cuando está en primera), etc.
Son unos enamorados del País Vasco (tienen cuadrilla en Bilbao) y La Rioja, ésto por culpa del vino más que del fútbol. Y yo, tuve la suerte de sonreírle en no se qué kilómetro del Marathon de Madrid de 2010.
A veces pienso que, si fuesen de la Real, serían perfectos….

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Con Ritxard en Basollua.

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Tertulia futbolera después de comer.

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10 respuestas a Esos locos del Athletic.

  1. Sesa dijo:

    Qué historia más chula Loren.

  2. Anónimo dijo:

    Lo que tienen las cosas del correr. Ha decir verdad las zapatillas hicieron que nos conociésemos nosotros también. Aúpa Loren!

  3. ¡Que vivan los encuentros fortuitos!
    ¡Que viva lo inesperado!
    #AiLofit 😉

  4. Claudio dijo:

    Estimado Loren:
    ¡Arriba, vamos todavía, estos son los posts que me gustan leer! Estaré durante el año nuevo renovando mi deseo postergado de conocer España y todas las relaciones que he sembrado y familia que he encontrado por allí, y todo gracias a la gastronomía y mi gran afición por ella.
    Te deseo a Vos y a todos tus seguidores un Muy Feliz 2013.
    Abrazo.
    Claudio.

  5. Ritxard dijo:

    Buenas!
    Lo primero de todo decir, por alusiones, que no se trata de la típica inocentada de cada 28 de Diciembre. Los Ricardos de Alicante existimos de verdad! Y es que los de Bilbao nacemos donde nos da la gana! 
    Bromas aparte, nuestra relación con el Athletic, con Bilbao, con Euskadi… se remonta al año 1996, y desde entonces nuestro amor por este maravilloso pueblo ha ido creciendo exponencialmente. Es extraño, pero cuando estamos allí nos sentimos como en casa.
    Y es que se me hace difícil relatar 16 años de vivencias en cuatro líneas, por lo que os voy a contar nuestra historia en tres partes:
    Mi padre y yo siempre comentamos que todo podía haber quedado ahí, en un simple viaje a Bilbao para ver al Athletic en San Mamés. Afortunadamente, el destino nos aguardaba algo con lo que nunca hubiésemos soñado: la amistad desinteresada de un vasco. Y es que en aquel primer viaje al botxo, el día antes de regresar a Alicante, mi padre iba paseando por los alrededores de San Mamés, y se paró en un almacén de vinos que hay en la Calle Luis Briñas, justo a la altura donde está ese gran escudo del Athletic que se vislumbra desde todo Licenciado Poza. En su escaparate vio una fotografía del Athletic txapeldún de la «Copa del Generalísimo» de 1969 contra el Elche. El de los Iríbar, Sáez, Etxebarría, Aranguren, Igartua, Larrauri, Rojo, Clemente, Uriarte… vamos, un equipazo que ya quisiéramos tener hoy en día. Mi padre entró y le atendió el que se iba a convertir en el gran protagonista de esta historia. Don Pedro Perea Uriarte (Pedrito, como le llamaba mi padre). Tras las correspondientes presentaciones, mi padre pidio de la amabilidad de aquel señor para hacerle una fotocopia de aquella fotografía. El señor sin pensarlo un segundo, cerró el almacén y acompañó a mi padre a una copistería, con tal mala suerte que estaba cerrada. «No se preocupe», le dijo Pedro. «Me tomo nota y se la envío por correo postal». A los pocos días llegaba una caja desde Bilbao. Dentro venía, además de la famosa foto, merchandising vario del Athletic, incluida una botella de vino de Rioja de la época, de las que el Athletic saca con su escudo, con una dedicatoria muy especial: «Solo existen dos cosas que perduran en el tiempo, el buen vino y la amistad».
    El caso es que mantuvimos el contacto con Pedro durante los siguientes meses, hasta que tuvimos la fortuna de volver a escaparnos al botxo. Fue con motivo del último partido de Liga de la temporada 1997-1998. Con un Barcelona ya campeon, estaba en juego la segunda plaza, a la que podían acceder cuatro equipos: Athletic, Real Madrid, Real Sociedad y Mallorca. Si no recuerdo mal, por este orden de probabilidad de éxito. Eran aquellos tiempos en los que solo dos equipos iban a la Champions. El Athletic jugaba contra el Zaragoza en San Mamés. Si ganaba, era subcampeon. Los otros tres equipos dependian del Athletic. La Real ganó en Mallorca 0-1 con gol de Kovacevic, y el Madrid no recuerdo que hizo, supongo que ganó, pero todo fue en balde, ya que el Athletic ganó 1-0 con gol de Etxebe. Pues bien, me enorgullezco de decir que aquel 15 de Mayo de 1998, mi padre y yo estuvimos en San Mamés viendo ese partido gracias a nuestro amigo Pedro, que nos cedió los carnets de sus propias hijas. Hablamos del Athletic, una «religión» en Bilbao y en Vizcaya. San Mamés se quedó pequeño, tuvieron que habilitar pantallas gigantes en la antigua Feria de Muestras (donde hoy se está levantando San Mamés Barria), donde también se agotaron las entradas! Bilbao era una locura, y nosotros tuvimos la suerte de ver aquel partido. Es, sin lugar a dudas, mi recuerdo más bonito que tengo de un partido del Athletic. Aquella noche Bilbao no durmió. De gaupasa y jaiak todo el fin de semana, con Pedro y su cuadrilla, los cuáles nos recibieron con los brazos abiertos. Y es que el vasco es hospitalario por naturaleza, y si te haces un amigo vasco, lo haces para toda la vida. Aun hoy conservamos amistad con Madariaga, con Antolín y compañía..
    A pesar de ser nuestro segundo viaje a Bilbao, en realidad aquel fue nuestro punto de partida para todo lo que íbamos a vivir a partir de entonces…

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