En el verano de 1991 yo estaba en San Fermines pegándome una juerga de esas largas, de varios días. Al volver a casa el domingo, magullado tras haber corrido el encierro, mi madre me dijo que fuera donde Martín, que me llevaba llamando toda la semana (benditos tiempos sin móviles).
Llegué al Bodegón Alejandro tras pasar por la ducha, como siempre que ibas a hablar con Martín, nos sentamos, sacó un par de cervezas y me dijo:
– Te tienes que ir al Bulli.
– ¿Y eso qué es? – le dije.
– Un Restaurante de unos tipos que lo están haciendo muy bien.
– Y ¿cuándo voy?
– Les he dicho que mañana estás allí.
– Y ¿cómo se va?
– Tienes que ir a Figueras y desde allí llamas a Juli, aquí tienes su número.
Sin tiempo ni para echar una siesta, preparé la bolsa y me fui a la estación. Cogí el primer tren a Barcelona y allí otro a Figueras, busqué una cabina y llamé a Juli, resultó que Juli era hombre y me dijo que cogiese un taxi al Bulli.
– ¿Y la dirección?
– No te hace falta – me dijo.
Aún tuve que llamar una vez más, ya que el taxista me dijo que me iba a costar 5000 pesetas y yo no tenía tanto dinero. Juli me dijo que no me preocupara, que ya le pagaría él.
Llegué por primera vez a Cala Montjoi a eso de la una del mediodía, me presentaron a Fernando, Alberto, Edu, Xavi, Montse, el Rafa, los dos Marc y Quim, me comí un muslo de pollo asado con ensalada en la fregadera junto con Alí y Moustafá.
Los camareros vinieron a conocerme, no había ningún aprendiz en aquella cocina y yo era un bicho raro que había ido desde Donosti. Toni, Lluis Biosca y Lluis García, Jordi, el Nin, grandes tipos que se convirtieron en grandes amigos.
Para sorpresa de Fernando, no quise irme a descansar y me quedé a trabajar. Lo que vi aquel día lo recuerdo perfectamente, no había gritos, todo fluía, los platos salían perfectos; mezclas imposibles de carne con pescado (mar y montaña decían), todo se hacía al momento, no había salsas ni caldos, los platos no salían calientes. Aquello no era un sitio normal y mis 30 días se iban a convertir en cerca de 4 años de estancia en la Costa Brava.
Nacho Zopetti, Pepe el de El Bohío, Martín Berasategui, Oneka y yo (1993)
Maravillosa historia, Loren. Recordar es volver a vivir. Un abrazo.
Así lo siento Abel, gracias.
Como me gustan estas fotos, y estas historias que se esconden tras las fotos!!!
Habrá más Alberto. Queda mucho material.
Linda historia, y en lo personal, sorprendente: no me imaginé que habías estado por el Bulli. Y a la vez, me alegra que habiendo estado allí, sigas cocinando sin impostaciones, sin chorradas, como dice David de Jorge. Que sigas haciendo cocina conclusiva.
Aquí, donde todo llega 10 años tarde, está de moda esa cocina «estilo Bulli», y cualquiera que haya lavado un plato en lo de los Adriá abre aquí un local y se pone a hacer espumas y emulsiones como un poseído, siempre jactándose que «me formé con Ferrán»…
Me parece que la verdadera sabiduría, el verdadero arte es haber pasado por el Bulli, haber vivido la experiencia y adquirido los conocimientos, pero luego, tal como hiciste vos, volver al lugar de uno y cocinar de un modo tal y único que expresa esa conjunción: el lugar y uno mismo.
Parangonando a Ortega, la cocina es uno y sus circunstancias.
Y en eso, no hay espumas ni emulsiones que valgan.
Saludos porteños
Me encanta eso de la cocina es uno y sus circunstancias.
Cada época tiene su momento y yo aquello lo viví y lo disfruté muchísimo, ahora tocan otras cosas y hay que adaptarse a lo que venga. Sin renegar del pasado ni perderlo de vista.
Gracias Marcelo.
Què corto! Quiero más!!
Tranquila que habrá más.
Loren, que pasa….. soy uno de los Marcs…
el Puig-pey !!!! muchos recuerdos eh !!!!
Continuará,no?
Ofcurs.
Loren eres un crack. Te escribo desde Los Angeles desde donde te sigo a muerte. voy a ir con mis hermanos a san sebastian. podemos ir a basollua a comer? si si, como lo hacemos? en que mail reservamos? pd: voy a donosti via rio de janeiro qu es la combinacion mas jatorra que ha existido
No se me ocurre una combinación mejor, jajaja.
Mándame un Mail cuando quieras, será un placer. Muchas gracias.
lherrero@hotmail.es
cómo me ha gustado la historia…y la foto. Un lujo de recuerdo
cómo me ha gustado la historia…y la foto. Un lujo de recuerdo
Muchas gracias.
Como escarpias……
De anónimo nada. «Como escarpias…..» El próximo capítulo más largo.
Gracias Mariano.
Te pasas 4 años allí y la verdad, no aprendieron demasiado. Se comenta que Adria ha cerrado para pasar una temporada de formación en Basollua…
Si, me está dando la pelmada, pero ya veré si le admito.
Historia acojonante, casi tanto como las 5000 pesetas que el taxista te cobró.
Era precio redondo.
La hostia Pepe!!! Vaya melenacas!!! Las teníais que liar bien pardas…
Yo siempre a la última Jesús, era lo que se llevaba.